Dejando de competir


Estoy terminando de leer el libro "Destino de las almas" de Michael Newton.
Me ha parecido un libro que no es excelente, sino extraordinario.
Uno de los mejores que he leído hasta el momento, que son mas de doscientos.

Una de las cosas que me llevo a reflexionar es cuando habla de la competencia de los seres humanos.
Instantáneamente, uno se da cuenta que es nuestro primer obstáculo para evolucionar.

¡Si pudiéramos dejar de competir entre nosotros! ¿Se imaginan lo que seríamos capaces de hacer?
Las posibilidades son infinitas. La ayuda mutua puede llegar a ser algo normal, no algo que debemos aprender.
Ayudar a los demás, nos parece algo que debemos enseñar a nuestros hijos, pero supongo que realmente, si uno no compite, puede hacerlo de manera nata.

La cooperación con el otro es fundamental para salir del caos. Ayudarnos entre nosotros, a los seres vivientes del planeta y al planeta mismo, a su naturaleza. Por eso vi la COMPETENCIA como la madre de nuestras actitudes.

Por competir, hay ricos que ni saben que hacer con su dinero, y mueren sin haber gastado siquiera un 2 % de su fortuna.
Hay productos en el mercado que se pelean para vender más, y nos abatallan con sus publicidades y promociones.
Hay cosas de más en el planeta creadas por nosotros, que ni siquiera nos hacían falta, "pero quedan lindas". Y cuanto más atractivos seamos, mejor seremos. Y seguimos compitiendo.
Hay tecnología que sobrepasa nuestras necesidades, como poder escuchar música en cualquier lugar donde estemos al alcance de nuestros deseos, cuando lo que mas necesitamos hoy, es el silencio, para poder reflexionar sobre nuestras acciones. Pero seguimos sordos a lo que nos venden.

Yo me pregunto: "¿No eran felices los seres humanos antes de todo lo que tenemos nosotros?".
Creo que eran mas felices de lo que somos nosotros hoy en día. Creo que la pureza de las cosas es lo que nos hace mas felices. Que la sencillez de la vida, es mas sana que la complicación de enfrentarnos todos los días a inventos nuevos sin sentido e irónicamente hechos para mejorar nuestra vida.

Desde que el hombre comenzó la famosa "Revolución industrial", comenzó con ello su peor destino. La autodestrucción. El afán de querer sobre pasarse a si mismo y a la naturaleza. Inventar adornos para el planeta que "pobre", no tenia. Este planeta era perfecto sin todo lo que le pusimos encima.

Viajar, ha sido también un deseo que nos lleva a la ruina. Desde que inventamos los automóviles, los barcos a combustible, los aviones, estamos contribuyendo a que la capa de ozono desaparezca. ¿Por qué no aceptamos los lugares del mundo donde nacemos y nos hacemos cargo solo de ese lugar?. ¿Por qué tenemos que abarcar cosas que no nos fueron dadas de nacimiento?. Si yo nací aquí, es para que cumpla mi misión aquí. Y si siento que mi destino está en otro lado, ¿por qué no puedo utilizar mi propio cuerpo para trasladarme y no hacerlo a costa del planeta?.

Es hora de que aceptemos nuestro destino en la tierra. Pero cuando digo aceptarlo, hablo de medir cada paso que estamos dando, sabiendo que podemos, en nuestro afán, estar perjudicando a algo o a alguien.

Nuestra competencia debe terminar, y debe comenzar nuestra cooperación y empatía.

Lo demás, llega por añaduria.

Naty Brun

No hay comentarios:

Publicar un comentario